Miguelito, Er Picha Enorme
En un rinconcito del sur,
donde los despertadores suenan por bulerías, hace ya algunos años
tuvo a bien venir al mundo un gitanito llamado Miguel. Miguelito
no era un niño normal, había nacido con un don: un pene de un
tamaño descomunal; lo que hizo que pronto lo apodaran “Miguelito,
er picha enorme”. Cuentan que la matrona tuvo dudas a la hora de
cortar el cordón umbilical y ya desde muy niño destacó en el mundo
del flamenco por su extraordinaria habilidad para tocar las palmas y el
cajón conjuntamente.
El gitanito trípode tenía
claro desde que vio de zagal Anaconda en el cine de verano que quería
vivir del cine. Así, con unos ahorritos que había sacado vendiendo
bragas en el mercadillo, montó su propia productora: “Producciones
Miguelito”.
Producciones Miguelito no tuvo el mejor de los inicios, películas como “BraveJar” o "Mardito Bastardo: Ya te cogeré en mi barrio" tuvieron un éxito escaso y la ilusión de su propietario de vivir del séptimo arte comenzaban a desvanecerse.
Sin embargo, un banner de Nacho Vidal mientras chateaba en Tuenti hizo que se le iluminara la bombilla. Tenía que aprovechar eso que Dios le había dado, así sacaría dinero para poder financiar el gran proyecto que le llevaría a los Oscars: “El Hombre de la Máscara de Cobre”. De esta forma y con este objetivo se lanzó al cine X.
Producciones Miguelito no tuvo el mejor de los inicios, películas como “BraveJar” o "Mardito Bastardo: Ya te cogeré en mi barrio" tuvieron un éxito escaso y la ilusión de su propietario de vivir del séptimo arte comenzaban a desvanecerse.
Sin embargo, un banner de Nacho Vidal mientras chateaba en Tuenti hizo que se le iluminara la bombilla. Tenía que aprovechar eso que Dios le había dado, así sacaría dinero para poder financiar el gran proyecto que le llevaría a los Oscars: “El Hombre de la Máscara de Cobre”. De esta forma y con este objetivo se lanzó al cine X.
“El gitano te rompe el
ano” y “El flamenco da fuerte y lento” trajeron la fama y el
dinero al estudio. Fueron horas, no más de dos días, de alegría y esplendor, pero como descubrió un físico inglés mientras pasaba
una mala resaca: “Todo lo que sube termina por bajar”. Desde oriente
llegó una corriente con la que los consumidores de pornografía
enloquecieron y a la que Miguelito no podía hacer frente: El
Micropene.
Sus intentos de resurgir con “El sandunguero te da porompompero” fueron un auténtico fracaso y Miguelito entendió que era el momento de volver al cine de autor, era el momento de lanzar su largometraje soñado.
“El Hombre de la Máscara de Cobre” fue un fracaso rotundo que no dio ni para un Goya, Producciones Miguelito echaba el cierre, el sueño de ese gitanito tornaba en pesadilla.
Sus intentos de resurgir con “El sandunguero te da porompompero” fueron un auténtico fracaso y Miguelito entendió que era el momento de volver al cine de autor, era el momento de lanzar su largometraje soñado.
“El Hombre de la Máscara de Cobre” fue un fracaso rotundo que no dio ni para un Goya, Producciones Miguelito echaba el cierre, el sueño de ese gitanito tornaba en pesadilla.
En un bar de la ciudad
Miguelito lloraba abrazado a una botella de vino mientras repetía: <<¿Por qué zeñó mi cine triunfó sin ropa y con ropa lo tiraron a la
basura?>>
El camarero, cansado de
escuchar su llanto preguntó retóricamente: ¿Acaso su cine era algo
más allá de su falo?